Les guapes són culpables…
Las acusadas guapas son percibidas como culpables
Una investigación de la Universidad de Granada y la Policía apunta a que si la acusada es atractiva se le atribuye mayor responsabilidad en el delito
8.10.2012
Desde la psicología social se ha observado que en diferentes ámbitos, como el laboral, académico e incluso en el judicial, el atractivo físico de una persona influye en cómo es percibida por los demás. De alguna manera se produce una asociación mental de que ‘lo bello es bueno’. Sin embargo, en cuestiones de violencia de género los resultados son diferentes.
“Uno de las conclusiones más interesantes de la investigación fue que, al presentar como atractiva a la acusada de matar a su maltratador, los participantes le atribuyeron mayor responsabilidad en los hechos y, al contrario, si se la definía como ‘no atractiva’, este índice disminuyó”, declaran a SINC Antonio Herrera, Inmaculada Valor-Segura y Francisca Expósito, autores del estudio que publica la revista The European Journal of Psychology Applied to Legal Context.
Si la acusada se presenta como atractiva se le atribuye mayor responsabilidad en el crimen
Para realizar el estudio, se redactaron dos tipos de historias ‘ficticias’ sobre un proceso judicial en el que la protagonista era una mujer acusada de matar a su marido y que había declarado en su defensa haber sufrido una larga historia de maltrato y que, por tanto, cuando lo mató actuó en defensa propia. En una de las historias la descripción de la mujer encajaba con el estereotipo de maltratada y en la otra no.
“De esta manera, teníamos a la mitad de los policías que leían un relato en el que la acusada era una mujer joven, maltrecha, deteriorada físicamente y de aspecto frágil, con hijos y económicamente dependiente de su pareja. Y la otra mitad leyó la historia de una mujer sin hijos, asesora financiera, casada durante 10 años y que durante el proceso judicial se presenta bien vestida, decidida y calmada en su interacción con el juez y los abogados”, explican los autores.
Los investigadores pidieron a los participantes que adoptaran el papel de jurado y que contestaran a una serie de preguntas relacionadas con la credibilidad, responsabilidad y control de la situación que les había generado la mujer que se describía. También le preguntaron sobre su ideología sexista.
El trabajo alerta sobre la necesidad de aumentar la formación en cuestiones de género para todos los agentes jurídicos y de seguridad